En la reconstrucción económica post-pandemia, el propósito de las empresas tendrá más valor que nunca
Por Daniel Tricarico. Fundador y CEO de IMPACTLATAM, una plataforma que busca vincular a 100 startups sustentables con los principales inversores del mundo.
«Cuando una economía está en crisis, los emprendedores la empujan» es el título del Impact Report 2020 realizado por Endeavor Chile donde se admite que el año 2020 visibilizó el impacto de los emprendedores y cómo éstos pueden transformar al país.
En el año 2010 el carismático Adam Neumann funda WeWork y se presenta ante el mundo como un líder disruptivo que venía a modificar para siempre las relaciones laborales y el futuro de los negocios. Las largas mesas compartidas, la cerveza de los viernes a las 5 de la tarde y su misión de «elevar la consciencia del mundo» en las diferentes oficinas inauguradas en distintas ciudades seducían a miles. Fue así como la empresa tuvo una rápida expansión que la transformó en poco tiempo en un caso digno de estudio.
Sin embargo, en 2019 su salida a la bolsa falló y fue así como se develaron los excesos y abusos por parte del equipo directivo (mayormente Neumann y su esposa Rebekah). WeWork acumulaba cuantiosas pérdidas, lo que impactó en una estrepitosa caída de su cotización, la toma de control por parte de su accionista mayoritario -Softbank- y la consecuente salida de Neumann del directorio. Las denuncias para el CEO fueron de todo tipo, incluidas que compraba edificios y marcas a su nombre y los alquilaba a la compañía. Parte de todo esto se relata en el nuevo documental «WeWork or the making and breaking of a 47 billion Unicorn» estrenado en Hulu.
Once años después de ese inicio fulgurante -y con una pandemia de por medio-, el mundo de los negocios pareciera haber empezado a cambiar. El ecosistema de emprendimiento e innovación comienza a mirar con desconfianza la ambición excesiva y los excesos, muchas veces justificados en la idea de que «mejora la vida de las personas».
«El cambio está en camino. Estamos en la cúspide de una nueva era impactante que aprovecha las prácticas regenerativas, con una oportunidad incomparable de remodelar la forma en que vivimos, aprendemos, trabajamos y hacemos negocios para mejor» es lo que admite el último informe de Wunderman Thompson. La pandemia trajo aparejado un creciente apetito por el cambio, y la gente está buscando marcas para liderar este nuevo camino que está surgiendo.
El nuevo paradigma de los emprendimientos con propósito trasciende el negocio per se y se plantean como una fuente de impacto económico, social y ambiental. Hasta hace algunos años estos elementos parecían incompatibles, pero hoy, ya son una realidad.
Algramo dando el ejemplo
Un caso innovador que da cuenta de la toma de conciencia ambiental, así como de la inclusión económica y social, es Algramo. En el año 2013, en el día de la Tierra, nace esta empresa social que tiene como objetivo revolucionar la manera de consumir. En Chile se consume aproximadamente 990.000 toneladas de plástico al año, de las cuales se reciclan 83.679 toneladas (8,5%). La empresa ofrece una alternativa de consumo a través de envases inteligentes reutilizables, impulsando la economía circular y dejando fuera los plásticos de un solo uso. En el año 2019 sellan una alianza con Unilever para distribuir sus productos en envases reutilizables.
La gran pregunta del despertar post-pandemia fue acerca del propósito, del para qué se hace lo que se hace. La pandemia nos obligó a frenar y repensar nuestros hábitos de producción y de consumo dando más conciencia a cómo elegimos y qué elegimos.
Específicamente las empresas de tecnología de triple impacto, destacadas por generar empleo, riqueza e innovación, atraen a inversores en toda la región. Según el informe ‘State of Venture Report’ de CBInsights, durante el segundo trimestre de 2021, las empresas tecnológicas con sede en Latinoamérica lograron atraer 7.200 millones de dólares en inversiones de capital riesgo.
Los emprendimientos de triple impacto nunca tuvieron un mejor escenario para congeniar crecer y escalar. El concepto de éxito en el mundo corporativo está viviendo una transformación basada en no medir únicamente la dimensión económica y el retorno a inversores, sino también incorporar la dimensión de impacto en el modelo de retorno a los múltiples grupos de interés, a la sociedad y al medioambiente.