Chile se encuentra viviendo un proceso constituyente único en su historia; por primera vez se escribirá una Carta Fundamental con una diversidad de convencionales; con paridad de género; con una representación descriptiva que ha logrado una refrescante renovación de los actores políticos; en su mayoría personas independientes provenientes de los movimientos sociales y territoriales.

Participar en este proceso lo asumí como un deber ser; a comienzos del año 2020 juré como abogada ante el Tribunal Pleno de la Corte Suprema, convirtiéndome así, en la primera mujer sorda en ser investida como tal. Recibiendo mi título de manos del propio presidente de la Corte Suprema, Sr. Guillermo Silva. Esto sólo pudo ser posible debido a la beca otorgada por la Fundación Deaf Legal Advocacy Worldwide con sede en Washington D.C; una organización liderada por el abogado Sordo graduado de la Universidad de Harvard, Sr. Michael Steven Stein; entidad que otorga financiamiento a personas sordas en el mundo que quieren convertirse en abogados para la defensa de los Derechos Humanos de las personas sordas.

Este patente compromiso y responsabilidad me llevo a presentar mi candidatura como independiente junto al Movimiento Independientes del Norte, con vistas a dos factores relevantes: el primero; la necesidad de instalar en el debate y en la redacción de la Nueva Constitución el reconocimiento de grupos prioritarios; entre éstos las personas con Discapacidad y las personas Sordas. Por otra parte, el reconocimiento de la Lengua de Señas Chilena como Lengua oficial de las personas sordas y de su identidad lingüística y cultural; de manera equiparable al potencial reconocimiento que obtendrán las lenguas de los pueblos originarios en nuestro país.

Ya hemos trabajado y avanzado en este sentido; desde el año 2018 junto a otras personas y organizaciones de la Comunidad Sorda nacional presentamos en la Cámara de Diputados un proyecto para modificar la ley 20422; que reconociera la lengua de señas chilena, estableciera el deber del Estado de asegurar su acceso a los servicios públicos y privados; estipulara su enseñanza prioritaria por parte de personas sordas y garantizara el derecho a una educación bilingüe de los niños y niñas sordos. Este trabajo sostenido de casi cuatro años se coronó mediante la promulgación y publicación de la ley 21.303 en enero de este año.

La palabra “política” en nuestro país, debido a la perdida de legitimidad de quiénes la ejercen ha provocado rechazo en los movimientos ciudadanos; sin embargo, a partir del trabajo en nuestras propias organizaciones sociales ha nacido una nueva concepción de lo que la participación política debe significar. En lo personal al hacer campaña tuve una posibilidad única de instalar en el debate los derechos de las personas sordas en Chile; la falta de accesibilidad en todo ámbito de desarrollo; al mismo tiempo se convirtió en un desafío tremendo al interactuar con las personas de mi territorio en el distrito 3 en plena pandemia; con todo; nuestra lista obtuvo el 20,27% del total de los votos y aunque no logré alcanzar uno de los escaños, si lo logró una de nuestras compañeras; la científica Cristina Dorador con quién continuaré colaborando en forma permanente y continua; así como en el trabajo de la mesa del “Colectivo DDHH Sordes” y de la “Fundación Nellie Zabel” organización de mujeres de la Comunidad Sorda que actualmente presido; para lograr que también ser incorporen los Derechos Humanos de las personas Sordas de Chile en esta Nueva Constitución.

¿Quieres contactarme para conocer más de nuestra labor? Este es mi correo vianney.sierralta@gmail.com .